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Nacido en Casablanca y criado en Tánger, Mehdi Chraibi lleva en su esencia el legado de una doble cultura. «Tánger es una ciudad entre dos orillas, abierta al mundo», comenta con nostalgia. Sin embargo, es en Suiza donde decide continuar sus estudios tras finalizar el bachillerato. Su llegada a Ginebra marca un antes y un después: descubre un país donde el trabajo es un valor fundamental y la integración se mide por el compromiso ciudadano.
Inicialmente inscrito en ciencias políticas, Chraibi se apasiona por el análisis de las instituciones y las dinámicas de poder. Pero pronto siente la necesidad de involucrarse de manera más directa. «Entender los engranajes de la política era fascinante, pero quería ser actor, no espectador», confiesa. Así, el derecho se convierte en una elección natural.
El abogado al servicio de la justicia social
Graduado en derecho, Mehdi Chraibi se une al colegio de abogados de Ginebra, ganándose la reputación de un abogado comprometido. En el despacho OA Legal, su práctica es generalista: derecho penal, administrativo, contratos, cobro de deudas. Sin embargo, el derecho de los extranjeros es su verdadera pasión. Gracias a su propia experiencia, entiende los desafíos que enfrentan los migrantes, especialmente ante las barreras administrativas.
Uno de sus casos llega a marcar la jurisprudencia en Ginebra. Defiende a personas sin papeles que, tras diez años de residencia, reclaman un permiso de residencia. Sin embargo, algunos son condenados por estancia ilegal debido a los documentos que presentan. «Era una aberración: se les pedía que probaran su presencia, y luego se les sancionaba cuando lo hacían», se indigna. Su lucha culmina en un avance significativo en esta materia.
Un compromiso político cercano a los ciudadanos
Aunque siempre ha sentido fascinación por la política, Mehdi Chraibi no quiso involucrarse sin experiencia de campo. Observa durante mucho tiempo, analiza los retos locales y toma conciencia del creciente desinterés de los ciudadanos. Una cifra le impacta: en las elecciones comunales, solo entre el 30 y el 35% de los votantes ginebrinos acuden a las urnas. «No es una falta de interés, sino un problema de accesibilidad: se habla a los ciudadanos con un lenguaje tecnocrático, alejado de su vida cotidiana», opina.
Con esta visión se une al movimiento Libertad y Justicia Social, un partido que apuesta por el pragmatismo en lugar de la ideología. «Las divisiones partidistas frenan la acción. Lo que importa son soluciones concretas».
Entre sus propuestas destacadas se encuentra el referéndum de proximidad. Inspirado en el modelo suizo, permitiría a los habitantes de un barrio o una calle votar sobre decisiones locales que les conciernen directamente, como arreglos, transporte o espacios públicos. Pero con una diferencia importante: todos los residentes, sin importar su nacionalidad, podrían participar. «Actualmente, los extranjeros pueden votar en las comunales después de ocho años de residencia. Pero si no se les involucra antes, ¿cómo esperar que se interesen de un día para otro?»
Entre modernidad y raíces
Casado con una suizo-italiana, Mehdi Chraibi combina varias culturas en su vida diaria. Amante de la cocina, disfruta reinterpretando los platos marroquíes con un toque contemporáneo. «La gastronomía es un vínculo poderoso entre las culturas», dice con una sonrisa al hablar de su tajine favorito, «l’ham bel jelban» (carne y guisantes).
Si sueña con acercar Ginebra a su país natal, es principalmente a través de la acción. «Marruecos y Suiza tienen mucho que aprender el uno del otro, especialmente en el ámbito jurídico y económico». Su ambición: facilitar los intercambios entre ambos países y valorar la contribución de las diásporas.
De cara a las elecciones comunales del 23 de marzo de 2025, Mehdi Chraibi representa una voz nueva: la de un abogado comprometido, un ciudadano involucrado y un hombre para quien la política debe centrarse en las preocupaciones cotidianas.
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