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Según ha informado la Comandancia de la Guardia Civil,siete personas están ya en prisión, mientras que el resto está en libertad con cargos en la operación "Persépolis".
Los individuos hacían pensar a los extranjeros que eran policías españoles haciendo un control antidroga, los registraban rápidamente y se llevaban ordenadores, joyas, y dinero en efectivo. Los asaltantes se llevaban unos 1.000 euros por cada atraco y lo hacían una o dos veces al día.
Actuaban en puntos de las carreteras nacionales A-1 y A-4 y las de circunvalación de Madrid M30 y M40. Los asaltantes elegían como víctimas a conductores magrebíes de paso por España camino de África y casi siempre con niños y ancianos en el vehículo, por considerarlos más vulnerables. Entre sus objetivo coches con matrículas francesas o de otros países pero nunca españolas y se dirigían a sus víctimas en inglés.
Con algún símbolo luminoso en el vehículo que siempre tenía matrícula de Reino Unido se acercaban en marcha enseñando desde la ventanilla sus falsas identificaciones de Policía y con gran violencia verbal y gestos intimidatorios, obligaban a sus víctimas a parar.
Una operación complicada
Los 20 detenidos, entre los 19 y los 50 años, llevaban identificaciones falsas como ciudadanos pakistaníesa pesar de ser de origen iraní. Operaban en España desde el año 2009 pero hasta marzo de 2011 no empezó a haber avisos y denuncias que permitieran la investigación policial, según ha explicado en rueda de prensa el Jefe de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, Javier Rogero.
Según ha explicado Rogero la cifra de delitos que se les achaca es inferior a la que realmente cometieron. "Sólo conocemos el 35% de los asalto cometidos, porque muchas víctimas pensaron que eran policíareales pero corruptos y no denunciaron", ha dicho Rogero.
La primera detención que la Policía Judicial llevó acabo se saldó con dos detenidos que fueron pillados en pleno intento de asalto e inclusoquisieron atropellar a los agentes de la Guardia Civil para huir.
Era un grupo muy itinerante y tenían una decena de domicilios diferentes donde se refugiaban tras cometer los asaltos. Tenían cuatro pisos alquilados en Guadalajara capital, tres en Azuqueca de Henares y otros en municipios como Villanueva de la Torre.Nunca usaban móviles para comunicarse entre ellos, por lo que fue complicado para la Guardia Civil el seguimiento de los asaltantes.
Se les requisaron hasta 19 coches, así como ordenadores, joyas, dinero en efectivo de distintos países, disfraces de policía y falsas identificaciones pobremente elaboradas. Rogero ha dicho que aún queda por desmantelar un grupo parecido, "pero no tan activo".
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