La Torre Hassan es uno de los puntos de referencia imprescindibles en la capital marroquí. Ubicada en la ribera izquierda del río Bouregreg, esta estructura simboliza las ambiciones sin límites del sultán Yacoub Al Mansour, quien aspiraba a erigir allí la mayor mezquita del mundo musulmán después de la de Samarra, en Irak.
La construcción comenzó a finales del siglo XII, en 1196. Sin embargo, apenas tres años después, el califa almohade falleció y el proyecto quedó inconcluso. La torre alcanza los 44 metros de altura, aunque, según los criterios arquitectónicos de la dinastía Almohade, el minarete debería haber alcanzado los 80 metros, superando así a la Koutoubia de Marrakech, que mide 69 metros.
La Torre Hassan en Rabat. / Ph. Gabriel Romeno Plana/FlickrLa Torre Hassan en Rabat. / Ph. Gabriel Romeno Plana/Flickr
Una joya del arte tradicional marroquí
El visitante queda impresionado por la vasta explanada blanca, adornada con 44 pilares y más de 300 columnas de mármol. La Torre Hassan se erige majestuosa sobre los Oudayas y la ciudad de Salé, ofreciendo una vista espectacular del río Bouregreg.
En su época, la mezquita contaba con 14 puertas. Según el sitio del Ministerio de Habous y Asuntos Islámicos, el complejo abarca un total de 2,550 m². Se le considera una «obra maestra del arte tradicional marroquí». Sin embargo, el origen del arquitecto del proyecto sigue siendo un misterio, ya que la Torre Hassan guarda similitudes con la Giralda de Sevilla y la Koutoubia de Marrakech, dos monumentos que son ejemplos fascinantes del esplendor del arte almohade.
Los historiadores tampoco han logrado determinar el origen del nombre «Hassan». Cada cara del minarete, de color ocre, presenta un adorno único, con diseños tallados directamente en la piedra. Según la misma fuente, «la rampa que permite ascender a la torre es lo suficientemente ancha para que un hombre a caballo pueda subir por ella».
El minarete de la Torre Hassan. / Ph. Mélodie ChumEl minarete de la Torre Hassan. / Ph. Mélodie Chum
El primer evento significativo que afectó la arquitectura de la Torre Hassan fue el terremoto de 1755. Posteriormente, las inclemencias del tiempo, junto con el clima y la contaminación de Rabat, oscurecieron las fachadas renovadas en 1970, según informa el Huffpost Marruecos. «La humedad, debido a la proximidad del océano y del río Bouregreg, ha debilitado la estructura y erosionado la piedra». Los ministerios de Cultura, Interior, Habous y Asuntos Islámicos invirtieron 17,6 millones de dirhams en la renovación de la Torre Hassan. Las obras, que comenzaron en 2015 y concluyeron en 2016, han devuelto un nuevo esplendor a este emblemático monumento de Rabat.