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Cuatro décadas después de que Marruecos y España firmaran un acuerdo bilateral para explorar la viabilidad de un túnel que conecte ambos lados del estrecho, España ha reactivado los estudios técnicos para lo que podría convertirse en uno de los proyectos de ingeniería más ambiciosos de la historia: un túnel submarino de más de 38 kilómetros.
De acuerdo con los medios españoles, el gobierno ha encargado a la empresa pública Ineco la realización de un estudio exhaustivo para evaluar si este proyecto puede pasar de ser una aspiración geoestratégica a una realidad tangible. El portal de contratación pública del ejecutivo detalla un presupuesto de 1.632.338 euros destinado a este propósito, con un análisis que abarca los aspectos físicos, funcionales y financieros. Se prevé que el informe final sobre la viabilidad técnica del proyecto se publique en junio de 2025.
El estudio se centrará, en particular, en verificar la viabilidad de perforar el lecho marino, estimar la demanda prevista para el transporte de pasajeros y mercancías, así como analizar los escenarios de retorno de inversión. Este proyecto se enmarca dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por el programa europeo NextGenerationEU.
En la actualidad, se consideran dos posibles puntos de partida en la costa española: la zona de Algeciras, que cuenta con un puerto estratégico y una conexión ferroviaria, y la costa de Tarifa. Al otro lado del estrecho, el trazado se extendería hasta una zona cercana a Tánger.
La opción preferida desde hace años es un túnel submarino de 38,5 kilómetros, de los cuales 27,7 kilómetros estarían bajo la superficie del mar, e incluiría dos túneles ferroviarios perforados en una región de complejidad geológica y alta actividad sísmica.
Aunque los primeros estudios datan de los años 80, el proyecto ha cobrado un nuevo impulso gracias al acercamiento diplomático entre Madrid y Rabat. La visita oficial de Pedro Sánchez a Marruecos en abril de 2022 marcó un punto de inflexión. En su momento, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, describió esta obra como estratégica para ambos países.
En el marco de este renovado impulso, el gobierno español ha iniciado estudios adicionales, que incluyen el alquiler de cuatro dispositivos para monitorear la actividad sísmica en noviembre de 2024, con el objetivo de analizar mejor el lecho marino.
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