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Polisario: ¿Puede Marruecos lograr que se incluya en la lista de organizaciones terroristas en Estados Unidos?

¿Puede Marruecos lograr que el Polisario sea incluido en la lista estadounidense de organizaciones terroristas? En un momento en que las tensiones se intensifican en el Sahara y el Sahel, Rachid Benlabbah, académico marroquí y especialista en el Sahara y el Sahel en el Instituto Universitario de Estudios Africanos, Euro-mediterráneos e Iberoamericanos en Rabat, analiza los aspectos jurídicos, políticos y de seguridad de esta ofensiva diplomática marroquí frente a un Polisario militarizado y una Argelia debilitada.

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¿Conseguirá Marruecos que Estados Unidos incluya al Polisario en su lista de organizaciones terroristas?

Desde hace más de dos años, la posibilidad de que el Polisario sea catalogado como una organización terrorista, especialmente en Estados Unidos, ha sido un tema recurrente en los medios. La participación de saharauis en grupos yihadistas del Sahel y los recientes ataques a civiles en Es-Smara refuerzan esta percepción. No obstante, una decisión de este calibre debe fundamentarse en criterios objetivos y alinearse con la definición de terrorismo establecida por la ONU y Estados Unidos, según la Convención de 1999 y la resolución 1566 de 2004. En Estados Unidos, la Orden Ejecutiva 13224 es la referencia clave. La definición de terrorismo es motivo de debate en el derecho internacional, y cada país maneja su propia lista, a menudo de manera cuestionable.

En Estados Unidos, la responsabilidad moral en la escena internacional se toma muy en serio. La inclusión de organizaciones violentas en su lista de terrorismo sigue un proceso riguroso que culmina con una decisión del Congreso. Para el Polisario, esta iniciativa, recientemente impulsada por el congresista Joe Wilson, podría concretarse en octubre. Existen hechos concretos que apoyan esta medida, como la violencia armada, el reclutamiento de niños soldados y la ruptura unilateral del alto el fuego. Cabe recordar que el Polisario es una organización política, no un Estado reconocido por la ONU.

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Preocupación por la ausencia de la ONU en los campamentos de Tinduf

El peligro del Polisario radica en su brazo armado, un grupo no estatal respaldado por una organización política independentista. Esta facción representa un riesgo para la región, ya que está fuertemente armada y controla militarmente a las poblaciones en los campamentos de Tinduf. La ONU no ha realizado un censo de este armamento, ni en cantidad, tipo o procedencia. Tampoco se ha contabilizado el número de miembros de esta rama armada ni su costo para la comunidad internacional.

¿Cuál es la responsabilidad de Argelia en esta situación?

Como país anfitrión, Argelia podría retirar este armamento si fuera necesario. Un mecanismo de control permanente de la ONU debería haberse implementado. Es crucial reflexionar sobre cómo desmovilizar y desarmar al Polisario, especialmente ante un posible debilitamiento del poder argelino o una mayor inestabilidad en el Sahel, o incluso conexiones con otros grupos armados. ¿Quién controlaría entonces el armamento y los posibles desvíos, planteando un serio riesgo para los países vecinos?

La seguridad en el Sahara y el Sahel están interconectadas. ¿Podría la crisis entre Argelia y Malí escalar a un conflicto armado?

Es poco probable que estalle un conflicto armado entre Malí y Argelia. Aunque Malí y la Alianza de los Estados del Sahel (AES) han denunciado la intervención militar argelina, han optado por vías legales, abriendo una investigación por terrorismo y presentando una queja ante la ONU. En caso de guerra, Argelia se enfrentaría a la AES, regida por la Carta de Liptako-Gourma de defensa colectiva de septiembre de 2023. La CEDEAO, por su parte, no permanecería indiferente, apoyando a los países del Sahel a pesar de las divergencias institucionales.

Además del Polisario, ¿tiene Argelia aliados en caso de conflicto con Malí?

La opción de apoyarse en la Unión del Magreb Árabe (UMA) está comprometida por el bloqueo de esta organización. El artículo 14 del Tratado constitutivo, que prevé asistencia mutua en caso de agresión, podría invocarse, pero requeriría un acto de legítima defensa. Los países del Magreb no están dispuestos a arriesgar su estabilidad por un conflicto impredecible, especialmente con la presencia de actores internacionales con intereses divergentes en el Sahel. Mauritania y Libia, con vínculos étnicos y culturales en el Sahel, aspiran a la paz para desarrollarse. Túnez, por su parte, parece querer distanciarse de los conflictos, como lo demuestran las reacciones de los medios tunecinos durante la visita del ministro argelino de Asuntos Exteriores.

Un conflicto armado, incluso breve y por delegación, podría provocar el desplazamiento de miles de tuaregs y árabes malienses hacia Argelia, creando campamentos de refugiados bajo control militar, con el riesgo de infiltración por grupos criminales y terroristas. ¿Están los militares argelinos preparados para asumir tal riesgo? Un conflicto prolongado podría desestabilizar al gobierno argelino, especialmente porque su ejército nunca ha estado involucrado en una guerra de alta intensidad. Una guerra de este tipo exige cohesión interna, un mando apolítico y una causa nacional sólida que defender.

El deterioro de las relaciones entre Malí y Argelia es estructural, especialmente por la cuestión tuareg y el norte de Malí. Los malienses perciben negativamente la influencia argelina, viéndola como injerencia en sus asuntos internos. Los Acuerdos de Paz de 2015 nunca se implementaron, por falta de consenso sobre una solución maliense. Esta situación ha exacerbado las tensiones, especialmente desde 2021, debido a la actitud de Argel hacia los gobiernos de transición en Bamako y Niamey.

¿Puede Marruecos aprovechar esta situación para fortalecer su posición en la región, o los actores internacionales limitan sus ambiciones?

Marruecos no tiene interés en una desestabilización del Sahel-Sahara. La política oficial de Marruecos es la de un país de paz, y sin esta paz, su ambición de desarrollo económico en África se vería comprometida. La estabilidad del Sahel garantiza la de Mauritania, un socio clave para Marruecos. Las tensiones de Argelia con sus vecinos pueden beneficiar a Marruecos en el juego de las relaciones internacionales.

Marruecos no necesita conflictos para desarrollar sus relaciones políticas y económicas con los países del Sahel. Necesita fronteras abiertas y una política exterior previsible y estable. Los países del Sahel, Mauritania, Senegal y los miembros de la CEDEAO estarían más inclinados a cooperar con un Marruecos comprometido con la paz y la interdependencia estratégica.

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