"Será una realidad que Barcelona tenga un centro de culto de referencia. Es un asunto pendiente, pero vamos a hablarlo y discutirlo", aseguró la comisionada de Relaciones Ciudadanas del Consistorio, Catalina Carreras-Moysi, ante una nutrida representación del islam en Cataluña que se reunió la semana pasada en unas jornadas del Consejo Europeo de Ulemas Marroquíes. "Las religiones pertenecen al ámbito privado, pero eso no significa que no tengan una proyección pública", dijo Carreras-Moysi.
El anuncio fue bien acogido por la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC), que organizó el congreso en el lujoso hotel Juan Carlos I. Sobre todo porque esta vez el compromiso político tiene visos de hacerse realidad. La gran mezquita estaría a cargo, en principio, de los musulmanes de origen marroquí, mayoritarios en Cataluña. El colectivo paquistaní tendría un rol secundario en la gestión del centro.
La predisposición de Barcelona a acoger un centro de culto de referencia ya había sido manifestada por el alcalde, Jordi Hereu, el año pasado, tras la visita a la mezquita Hassan II de Casablanca. El ex diputado del PSC Mohamed Chaib también comentó al cónsul de Estados Unidos en Barcelona la necesidad de construir una "mezquita oficial" que permita un liderazgo religioso "moderado", según los cables filtrados por Wikileaks.
Bajo el título Musulmanes y valores europeos, el congreso se celebró en pleno proceso de reorganización del islam catalán y acogió a centenares de personas. Además de expertos de universidades europeas, al acto asistieron imanes y líderes religiosos de distintas tendencias, así como representantes de asociaciones marroquíes y del consulado de ese país en Barcelona.
El danés Jorgen Nielsen, profesor de la Universidad de Birmingham y experto en estudios islámicos, advirtió sobre la tendencia laicista en Europa y el error de "considerar el islam incompatible con los valores europeos". "Hay miedo al cambio en Europa", sentenció. El doctor Khalid Hajji, de Alemania, denunció que en tiempos de crisis "se busca un chivo expiatorio" y subrayó que "la identidad es dinámica", en alusión a los cambios que, a su juicio, debe afrontar el viejo continente por la llegada de inmigrantes musulmanes.
En ese sentido se expresó el presidente de la UCCIC, Noureddine Ziani, quien aseguró que es imprescindible considerar los valores islámicos una parte de los valores europeos. Ziani apostó por "aceptar la denominación islamo-cristiana para la civilización occidental". Las conclusiones del congreso van en la misma línea y subrayan la necesidad de "garantizar la libertad de creencias y el derecho, en la práctica, del culto".