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La luz
24.21. ¡Creyentes! ¡No sigáis las pisadas del Demonio! A quien sigue las pisadas del Demonio, éste le ordena lo deshonesto y lo reprobable. Si no fuera por el favor de Alá y Su misericordia para con vosotros, ninguno de vosotros sería puro jamás. Pero Alá purifica a quien Él quiere. Alá todo lo oye, todo lo sabe.
24.22. Quienes de vosotros gocen del favor y de una vida acomodada, que no juren que no darán más a los parientes, a los pobres y a los que han emigrado por Alá. Que perdonen y se muestren indulgentes. ¿Es que no queréis que Alá os perdone? Alá es indulgente, misericordioso.
24.23. Malditos sean en la vida de acá y en la otra quienes difamen a las mujeres honestas, incautas pero creyentes. Tendrán un castigo terrible
24.24. el día que sus lenguas, manos y pies atestigüen contra ellos por las obras que cometieron.
24.25. Ese día, Alá les retribuirá en su justa medida y sabrán que Alá es la Verdad manifiesta.
24.26. Las mujeres malas para los hombres malos, los hombres malos para las mujeres malas. Las mujeres buenas para los hombres buenos, los hombres buenos para las mujeres buenas. Estos son inocentes de lo que se les acusa. Obtendrán perdón y generoso sustento.
24.27. ¡Creyentes! No entréis en casa ajena sin daros a conocer y saludar a sus moradores. Es mejor para vosotros. Quizás, así, os amonestar.
24.28. Si no encontráis en ella a nadie, no entréis sin que se os dé permiso. Si se os dice que os vayáis, ¡idos! Es más correcto. Alá sabe bien lo que hacéis.
24.29. No hacéis mal si entráis en casa deshabitada que contenga algo que os pertenece. Alá sabe lo que manifestáis y lo que ocultáis.
24.30. Di a los creyentes que bajen la vista con recato y que sean castos. Es más correcto. Alá está bien informado de lo que hacen.
24.31. Y di a las creyentes que bajen la vista con recato, que sean castas y no muestren más adorno que los que están a la vista, que cubran su escote con el velo y no exhiban sus adornos sino a sus esposos, a sus padres, a sus suegros, a sus propios hijos, a sus hijastros, a sus hermanos, a sus sobrinos carnales, a sus mujeres, a sus esclavas, a sus criados varones fríos, a los niños que no saben aún de las partes femeninas. Que no batan ellas con sus pies de modo que se descubran sus adornos ocultos. ¡Volvéos todos a Alá, creyentes! Quizás, así, prosperéis.
24.32. Casad a aquéllos de vosotros que no estén casados y a vuestros esclavos y esclavas honestos. Si son pobres, Alá les enriquecerá con Su favor. Alá es inmenso, omnisciente.
24.33. Que los que no puedan casarse observen la continencia hasta que Alá les enriquezca con Su favor. Extended la escritura a los esclavos que lo deseen si reconocéis en ellos bien, y dadles de la hacienda que Alá os ha concedido. Si vuestras esclavas prefieren vivir castamente, no les obliguéis a prostituirse para procuraros los bienes de la vida de acá. Si alguien les obliga, luego de haber sido obligadas Alá se mostrará indulgente, misericordioso.
24.34. Os hemos revelado aleyas aclaratorias, un ejemplo sacado de vuestros antecesores y una exhortación para los temerosos de Alá.
24.35. Alá es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Alá dirige a Su Luz a quien Él quiere. Alá propone parábolas a los hombres. Alá es omnisciente.
24.36. En casas que Alá ha permitido erigir y que se mencione en ellas Su nombre. En ellas Le glorifican, mañana y tarde,
24.37. hombres a quienes ni los negocios ni el comercio les distraen del recuerdo de Alá, de hacer la azalá y de dar el azaque. Temen un día en que los corazones y las miradas sean puestos del revés.
24.38. Para que Alá les retribuya por sus mejores obras y les dé más de Su favor. Alá provee sin medida a quien Él quiere.
24.39. Las obras de los infieles son como espejismo en una llanura: el muy sediento cree que es agua, hasta que, llegado allá, no encuentra nada. Sí encontrará, en cambio, a Alá junto a sí y Él le saldará su cuenta. Alá es rápido en ajustar cuentas.
24.40. O como tinieblas en un mar profundo, cubierto de olas, unas sobre otras, con nubes por encima, tinieblas sobre tinieblas. Si se saca la mano, apenas se la distingue. No dispone de luz ninguna aquél a quien Alá se la niega.
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